Rainman
[LA LLUVIA es un sedante. Te tiene como drogado todo el día. Cuando deja de llover, te entra el mono. De más lluvia. De lo que sea.
En mi universo, y en las despedidas, siempre llueve. Si te despides de tu novia hasta el día siguiente, llueve un poquito.
Cuando te despides de alguien importante, y por mucho tiempo, se pasa el día lloviendo. Y entras en un estado de calma triste, que es como la calma chicha pero en depre. Hoy, tras doce días de Gran Hijo, se han ido mis padres. Y ha estado todo el santo día lloviendo. Dani, no voy a decir que no sienta tu marcha pero tú no me has llorado al decirnos adiós. Es lógico, somos tíos, somos primos.
Cuando te despides de lo más importante en tu vida –tu hijo- llueve aunque no llueva. Lloras en silencio para que él no te vea y lloras en estéreo para que tu marido te aflija la pena (gracias papá).
Cuando llueve, las gotas que caen en el paraguas, en la maleta, en la ventana del taxi, no son lágrimas. No. Esas gotas llevan el tiempo que se ha ido. Son segundos, o décimas, o centésimas. Es el tiempo que se va y te despide burlón, por no haber sabido aprovecharte mejor de él.
Cae una gota en tu brazo y cuando quieres asirla y mantenerla a tu lado se evapora como un copo de nieve.
Hoy ha llovido un montón. ¿Han sido tantos los segundos que dejé sin estar al lado de mis padres?
Por eso hablamos del tiempo cuando preguntamos si va a llover. Porque tenemos miedo de que se vaya de repente.
Lluvia y llanto bajo un mismo manto.
Ya va lloviendo menos.
Ya lo estoy yo viendo.
Paco Montesdeoca me lo dice en chino mandarín: la borrasca se va en el vuelo C32 de la Continental para Barajas. Mi madre, que aún sigue en sollozo y negro.
Pero en Barajas se esperan anticiclones. Apura el pañuelo y échate a andar.
Mientras, en Londres, it’s raining cats and dogs. Sin embargo, lovely day. Jodidos ingleses. Allí, mi primo seguirá buscando su maleta. Y la chica de British le dirá en British que su maleta sigue perdida. Borrón, Dani, borrón (con la consiguiente reclamación).
Ya no llueve. La calle, callada. Y yo empeñado en “aliterar” mis frases. Es que en inglés la doble ele no suena lo mismo.
Sedado y sin lluvia. Mañana será otro día].
En mi universo, y en las despedidas, siempre llueve. Si te despides de tu novia hasta el día siguiente, llueve un poquito.
Cuando te despides de alguien importante, y por mucho tiempo, se pasa el día lloviendo. Y entras en un estado de calma triste, que es como la calma chicha pero en depre. Hoy, tras doce días de Gran Hijo, se han ido mis padres. Y ha estado todo el santo día lloviendo. Dani, no voy a decir que no sienta tu marcha pero tú no me has llorado al decirnos adiós. Es lógico, somos tíos, somos primos.
Cuando te despides de lo más importante en tu vida –tu hijo- llueve aunque no llueva. Lloras en silencio para que él no te vea y lloras en estéreo para que tu marido te aflija la pena (gracias papá).
Cuando llueve, las gotas que caen en el paraguas, en la maleta, en la ventana del taxi, no son lágrimas. No. Esas gotas llevan el tiempo que se ha ido. Son segundos, o décimas, o centésimas. Es el tiempo que se va y te despide burlón, por no haber sabido aprovecharte mejor de él.
Cae una gota en tu brazo y cuando quieres asirla y mantenerla a tu lado se evapora como un copo de nieve.
Hoy ha llovido un montón. ¿Han sido tantos los segundos que dejé sin estar al lado de mis padres?
Por eso hablamos del tiempo cuando preguntamos si va a llover. Porque tenemos miedo de que se vaya de repente.
Lluvia y llanto bajo un mismo manto.
Ya va lloviendo menos.
Ya lo estoy yo viendo.
Paco Montesdeoca me lo dice en chino mandarín: la borrasca se va en el vuelo C32 de la Continental para Barajas. Mi madre, que aún sigue en sollozo y negro.
Pero en Barajas se esperan anticiclones. Apura el pañuelo y échate a andar.
Mientras, en Londres, it’s raining cats and dogs. Sin embargo, lovely day. Jodidos ingleses. Allí, mi primo seguirá buscando su maleta. Y la chica de British le dirá en British que su maleta sigue perdida. Borrón, Dani, borrón (con la consiguiente reclamación).
Ya no llueve. La calle, callada. Y yo empeñado en “aliterar” mis frases. Es que en inglés la doble ele no suena lo mismo.
Sedado y sin lluvia. Mañana será otro día].
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